viernes, 27 de febrero de 2015

39 escalones (The 39 Steps, 1935) de Alfred Hitchcock

Richard Hannay está en un music-hall londinense. De repente, suena un disparo y comienza una pelea. En medio del tumulto, una chica asustada le pregunta si puede ir con él. Richard accede y la lleva a su apartamento...


Nunca he sido un entusiasta de Hitchcock, pero nunca me habia decepcionado tanto como con 39 escalones, supuesta cumbre de su etapa británica junto con The lady vanishes. Me ha parecido absurda, incoherente y muy lejana a la maestría narrativa del mejor Hitchcock.

Resulta incoherente debido a los múltiples agujeros en el guión, problema muy serio tratándose de un thriller. Al principio del film, cuando la mujer que acoge en su casa le cuenta todo a Richard por las buenas y a la primera, ya se nos hace un poco absurda, pero luego, cuando es asesinada por los espías con una pista en la mano y dejándola en la habitación de Richard, la suma incoherencia está servida. Luego los espías pretenderán atrapar a Richard para silenciarlo, dado que ellos mismos le han dado una pista y es posible que la mujer le haya contado algo, pero no se les ocurre matarlo junto con la mujer, estando a pocos metros de él. Además, segundos después de asesinarla ya estan en la calle patrullando.


El final mismo resulta incoherente: quien sabe los secretos del gobierno se supone que está aliado con el malo, pero lo confiesa sin vacilar delante de todo el mundo, incluso delante del malo, que evidentemente le ataca y lo mata. En ningún momento se nos indica que ese hombre sea temerario y soberanamente estúpido.

No sólo la trama resulta absurda, sino también el personaje protagonista, al que no importa lo mal que se lo este pasando que siempre sonríe y se mantiene feliz como una perdiz, aunque sus enemigos lo hayan capturado y probablemente estén a punto de asesinarlo. Además, el uso de la cámara rápida en las escenas de acción ahora mismo resulta sonrojante.


Si las continuas incoherencias de la película nos impiden tomárnosla en serio, también contribuyen a ello unos excesivos toques humorísticos, inusualmente abundantes para ser una película de Hitchcock. No es que las películas de Hitchcock estén exentas de humor, pero en The 39 Steps el humor se le ha ido de las manos.

Tampoco estoy diciendo que todo en la película sea malo, el genio de Hitchcock está presente, pero solo a ratos. Es especialmente interesante la escena de la casa de campo con el granjero avaro y creyente extremista. Además, resulta interesante el paralelismo entre el principio y el final, anticipando una pista crucial, y sosteniendo la pista de la canción que se engancha en la cabeza del protagonista, que nos la insinúa durante toda la película. También me pareció curiosa una transición en que solapa el grito de la asistenta al encontrar el cadáver de la mujer y el pitido del tren que muestra la huida del protagonista.

Con todo, me ha parecido una película muy floja, decepcionante y muy sobrevalorada.


4/10


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