martes, 24 de febrero de 2015

Annie Hall (ídem, 1977) de Woody Allen

Alvy Singer, un cuarentón bastante neurótico, trabaja como humorista en clubs nocturnos. Tras romper con Annie, reflexiona sobre su vida, rememorando sus amores, sus matrimonios, pero sobre todo su relación con Annie.


Con Annie Hall Woody Allen obtuvo el mayor reconocimiento de su carrera, ganó 4 Óscars (incluido el de mejor película) y aún ahora sigue siendo una de sus películas más recordadas junto con Manhattan, que realizaría dos años después. En esta películas encontramos ya todo aquello que caracteriza el cine del neoyorquino, abandonando el humor más absurdo de su primera etapa por uno más refinado y reflexivo, manteniendo ciertos toques fantásticos y surrealistas.


Todo el metraje del film esta lleno de reflexiones sobre las relaciones de pareja, el arte, la muerte, etc. siempre tratados con ligereza y humor inteligente, algo que desgraciadamente abunda poco en el cine de comedia. Allen mantiene dosis de humor constantes, recordando incluso al desenfreno de la comedia de los Marx. Además, no aparece en ningún momento del film esos toques dramáticos que abundarán en su cine posterior, o que llegarán a dominar todo el film (como en sus siguiente película, Interiores), tratándose, por tanto, de una comedia pura.


Woody Allen interpreta su típico personaje, el judío neurótico con problemas de pareja, obsesionado con su psicoanalista y enamorado del arte. Lo hace siempre de forma tan convincente que siempre me ha dado la sensación que se interpreta a si mismo, o una versión dramatizada de si mismo. Keaton también compone un personaje excelente, formando una pareja carismática.


El mayor problema de la película creo que esta en su fotografía y su banda sonora, nada destacables. De todas formas, se trata de una película excelente, una gran comedia.


9/10


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