Alvy
Singer, un cuarentón bastante neurótico, trabaja como humorista en
clubs nocturnos. Tras romper con Annie, reflexiona sobre su vida,
rememorando sus amores, sus matrimonios, pero sobre todo su relación
con Annie.
Con
Annie Hall Woody Allen obtuvo el mayor reconocimiento de su
carrera, ganó 4 Óscars (incluido el de mejor película) y aún
ahora sigue siendo una de sus películas más recordadas junto con
Manhattan, que realizaría dos años después. En esta
películas encontramos ya todo aquello que caracteriza el cine del
neoyorquino, abandonando el humor más absurdo de su primera etapa
por uno más refinado y reflexivo, manteniendo ciertos toques
fantásticos y surrealistas.
Todo
el metraje del film esta lleno de reflexiones sobre las relaciones de
pareja, el arte, la muerte, etc. siempre tratados con ligereza y
humor inteligente, algo que desgraciadamente abunda poco en el cine
de comedia. Allen mantiene dosis de humor constantes, recordando
incluso al desenfreno de la comedia de los Marx. Además, no aparece
en ningún momento del film esos toques dramáticos que abundarán en
su cine posterior, o que llegarán a dominar todo el film (como en
sus siguiente película, Interiores), tratándose, por tanto,
de una comedia pura.
Woody
Allen interpreta su típico personaje, el judío neurótico con
problemas de pareja, obsesionado con su psicoanalista y enamorado del
arte. Lo hace siempre de forma tan convincente que siempre me ha dado
la sensación que se interpreta a si mismo, o una versión
dramatizada de si mismo. Keaton también compone un personaje
excelente, formando una pareja carismática.
El
mayor problema de la película creo que esta en su fotografía y su
banda sonora, nada destacables. De todas formas, se trata de una
película excelente, una gran comedia.
9/10
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