viernes, 6 de febrero de 2015

El viento se levanta (Kaze tachinu, 2013) de Hayao Miyazaki

Jiro, que sueña con volar y diseñar hermosos aviones, se inspira en el famoso diseñador aeronáutico italiano Caproni. Corto de vista desde niño y por ello incapaz de volar, se une a la división aeronáutica de una compañía de ingeniería en 1927. Su genio pronto es reconocido y se convierte en uno de los más prestigiosos diseñadores aeronáuticos. Film biográfico que recrea hechos históricos que marcaron su vida, como el terremoto de Kanto de 1923, la Gran Depresión, la epidemia de tuberculosis y la entrada de Japón en la Segunda Guerra Mundial.


Cualquiera que conozca la obra de Hayao Miyazaki reconocerá en ella su pasión por la aviación, con Porco Rosso o Nausicaä del valle del viento como exponentes más evidentes. No es de extrañar pues que decide terminar su obra con un homenaje a uno de los ingenieros aeronáuticos más importantes de la historia, y probablemente el más importante de Japón.

El viento se levanta empieza con fuerza con una larga secuencia onírica en la que Miyazaki despliega todo su poderío visual. Durante todo el film aparecerán multitud de escenas oníricas, muchas veces combinadas con escenas reales, siendo estas secuencias las mas potentes de la película. Tras la introducción del personaje, su afición por la aviación y su admiración por el ingeniero aeronáutico italiano Caproni mediante el susodicho sueño, se produce una de las escenas más potentes del film, el terremoto de Kanto de 1923. Este prometedor inicio se diluye cuando observamos que pasa por el incidente de pies puntillas, sin profundizar en él, como ocurrirá con los diversos acontecimientos históricos que aparecen durante todo el metraje, que llega hasta la entrada de Japón en la Segunda Guerra Mundial.


A partir de este momento y hasta el final la trama avanza de forma irregular, resultando incluso excesivamente larga, aunque solo dure dos horas. Esta falta de ritmo no llega a ser un problema importante, pero se ve agravado por un final abrupto. Además, aunque se trata de una película dirigida a público adulto, utiliza un humor y unos diálogos bastante infantiles. Cabe decir que no esta dirigida ni a adultos ni a niños, sino más bien a adultos que no quieren crecer. Aún así, la película sale airosa gracias a sus portentosas escenas oníricas y su poderío visual, que reluce en todas las escenas del film.


En cuanto al discurso del film, Miyazaki recurre al ya manido tema de la persecución de los sueños, tema obvio y casi obligado dada la trama del film, pero que refuerza el infantilismo del que hace gala. Además, no profundiza en los hechos históricos ni tampoco en la ética del diseño de cazas para la guerra o la entrada de Japón en una guerra a todas luces inútil. El mensaje pacifista en el que Miyazaki se suele atener resulta ambiguo.


Con todo, El viento se levanta resulta inspiradora y llega a emocionar, sobretodo gracias a la trama secundaria de Jiro y su mujer enferma (que no ocurrió en la vida real), que aunque resulta un poco forzada y melodramática, a mi no me llegó a molestar, de hecho me gusto bastante y creo que su ausencia habría propiciado un film frio y distante. Entre la mediocridad y la genialidad Miyazaki nos ha regalado un film interesante, entretenido, visualmente potente pero irregular.


7/10


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