Jiro,
que sueña con volar y diseñar hermosos aviones, se inspira en el
famoso diseñador aeronáutico italiano Caproni. Corto de vista desde
niño y por ello incapaz de volar, se une a la división aeronáutica
de una compañía de ingeniería en 1927. Su genio pronto es
reconocido y se convierte en uno de los más prestigiosos diseñadores
aeronáuticos. Film biográfico que recrea hechos históricos que
marcaron su vida, como el terremoto de Kanto de 1923, la Gran
Depresión, la epidemia de tuberculosis y la entrada de Japón en la
Segunda Guerra Mundial.
Cualquiera
que conozca la obra de Hayao Miyazaki reconocerá en ella su pasión
por la aviación, con Porco
Rosso
o Nausicaä
del valle del viento
como exponentes más evidentes. No es de extrañar pues que decide
terminar su obra con un homenaje a uno de los ingenieros aeronáuticos
más importantes de la historia, y probablemente el más importante
de Japón.
El
viento se levanta empieza con fuerza con una larga secuencia onírica
en la que Miyazaki despliega todo su poderío visual. Durante todo el
film aparecerán multitud de escenas oníricas, muchas veces
combinadas con escenas reales, siendo estas secuencias las mas
potentes de la película. Tras la introducción del personaje, su
afición por la aviación y su admiración por el ingeniero
aeronáutico italiano Caproni mediante el susodicho sueño, se
produce una de las escenas más potentes del film, el terremoto de
Kanto de 1923. Este prometedor inicio se diluye cuando observamos que
pasa por el incidente de pies puntillas, sin profundizar en él, como
ocurrirá con los diversos acontecimientos históricos que aparecen
durante todo el metraje, que llega hasta la entrada de Japón en la
Segunda Guerra Mundial.
A
partir de este momento y hasta el final la trama avanza de forma
irregular, resultando incluso excesivamente larga, aunque solo dure
dos horas. Esta falta de ritmo no llega a ser un problema importante,
pero se ve agravado por un final abrupto. Además, aunque se trata de
una película dirigida a público adulto, utiliza un humor y unos
diálogos bastante infantiles. Cabe decir que no esta dirigida ni a
adultos ni a niños, sino más bien a adultos que no quieren crecer.
Aún así, la película sale airosa gracias a sus portentosas escenas
oníricas y su poderío visual, que reluce en todas las escenas del
film.
En
cuanto al discurso del film, Miyazaki recurre al ya manido tema de la
persecución de los sueños, tema obvio y casi obligado dada la trama
del film, pero que refuerza el infantilismo del que hace gala.
Además, no profundiza en los hechos históricos ni tampoco en la
ética del diseño de cazas para la guerra o la entrada de Japón en
una guerra a todas luces inútil. El mensaje pacifista en el que
Miyazaki se suele atener resulta ambiguo.
Con
todo, El viento se levanta resulta inspiradora y llega a
emocionar, sobretodo gracias a la trama secundaria de Jiro y su mujer
enferma (que no ocurrió en la vida real), que aunque resulta un poco
forzada y melodramática, a mi no me llegó a molestar, de hecho me
gusto bastante y creo que su ausencia habría propiciado un film frio
y distante. Entre la mediocridad y la genialidad Miyazaki nos ha
regalado un film interesante, entretenido, visualmente potente pero
irregular.
7/10
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