Un
mago experto en sombras chinescas es el encargado de amenizar una
cena dada por un barón y su bella esposa. El marido, un hombre muy
celoso, comenzará a enfurecerse cuando los invitados pretendan besar
la "figura" de su mujer.
Sombras
es una película coral que cuenta con personajes sencillos: el marido
celoso, la mujer coqueta, los amigos pervertidos y el personaje
predilecto del expresionismo, el personaje misterioso, extraño y
siniestro, el mago experto en sombras chinescas. Ésto, lejos de
suponer un problema permite hilar la historia con mayor fluidez y
evitar el uso de intertítulos.
La
trama avanza mediante diversos juegos de sombras que provocan
malentendidos. Ésto al inicio construye una atmósfera más bien
cómico, pero que acaba degenerando en un atmósfera dramática y
tensa. Las sombras, como en cualquier película expresionista (y en
muchas películas alemanas), expresa el destino. En éste caso las
sombras son las catalizadoras del destino trágico de los personajes
y expresan sus deseos inconscientes. Todos los juegos de sombras
tienen que ver con impulsos subconscientes (mayormente asociados al
erotismo) de los personajes. Ésto provoca una hostilidad creciente
que desencadena el trágico final.
Robinson
utiliza un recurso interesante y bastante raro, el falseamiento de la
acción. Gran parte de la película resulta ser la representación de
sombras chinescas del mago, hecho remite al cine como juego de luces.
El mago les enseña a los personajes las consecuencias de dejarse
llevar por los deseos y los lleva a la reconciliación y al
autocontrol. Aunque el final resulte feliz y optimista, no desentona
para nada con el film, de hecho, lo hace redondo.
Se
trata de una película sencilla, sin demasiadas aspiraciones, pero
que cumple de sobra. Destaca sobretodo en la fotografía debido al
uso constante de las sombras. Película
interesante, entretenida y a redescubrir.
7/10
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