miércoles, 22 de abril de 2015

Interstellar (ídem, 2014) de Christopher Nolan

Al ver que la vida en la Tierra está llegando a su fin, un grupo de exploradores liderados por el piloto Cooper (McConaughey) y la científica Amelia (Hathaway) se embarca en la que puede ser la misión más importante de la historia de la humanidad y emprenden un viaje más allá de nuestra galaxia en el que descubrirán si las estrellas pueden albergar el futuro de la raza humana.


Como en muchas de la películas de Nolan, Interstellar tiene una trama bastante enrevesada. Éste tipo de tramas complejas suelen ser bastante polémicas, pues hay quien las valora positivamente de por si y otras las rechazan por que pone la trama por encima de otros elementos del cine, como puede ser los personajes, la verosimilitud o el tema a tratar. Ciertamente, las tramas complejas suelen resultar bastante entretenidas, interesantes y mantienen la intriga hasta el final. Interstellar es un ejemplo tanto de lo bueno como de lo malo de éste tipo de tramas. Pero además también se arriesga a caer en fallos de guión, como ocurre en el tramo final con esa paradoja temporal, que es bastante absurda.


Nolan se aleja de su estilo frio y calculador (que recuerda bastante Kubrick, una de sus grandes influencias) y filma una película bastante dramática, que pone mucho énfasis en el drama familiar. Pero comete el error de caer en el sentimentalismo exacerbado, sobretodo en su tramo final, y presenta una estúpida y pretenciosa reflexión sobre el amor que no aporta nada. Aún así, el nuevo dramatismo de Nolan permite simpatizar mejor con los personajes, levanta el interés y emociona bastante. En éste sentido me gustaría destacar la escena en que Cooper (Matthew McConaughey) ve a su familia crecer en los vídeos que le enviaron durante los 23 años que transcurrieron mientras estaba atrapado en el primer planeta, donde el tiempo estaba distorsionado.


Aunque caiga en el sentimentalismo, me parece que es un cambio a mejor en el estilo de Nolan y le da a su cine una dimensión más humana de la que carecía, por ejemplo, Origen o Memento, las dos “grandes obras” del director fuera de la trilogía Batman. Dentro del género de la ciencia-ficción Interstellar también me parece mucho más imaginativa que Origen. Aunque la trama de Origen sea más original, ambas terminan siendo películas de aventura o acción, apartado en el que Interstellar gana indiscutiblemente. Posee unos escenarios espectaculares, lugares fantásticos (los planetas, el agujero negro y el teseracto), escenas de acción bien rodadas y congruentes con la trama, etc. Consigue transmitir mucho mejor la emoción de la aventura y la tensión de los riesgos.



En definitiva, una aventura espacial estupenda, un entretenimiento de primera pero que fracasa en querer ser algo más, si es que realmente lo intenta. Eso si, enganchar tanto con su larga duración tiene mucho mérito.


7/10


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