martes, 28 de abril de 2015

Fausto (Faust, 1926) de F. W. Murnau

Fausto es un sabio, venerable y bondadoso anciano que estipula con Mefisto, para librar al pueblo en que habitaba de una horrenda peste que diezmaba sin que quedara familia sana. Con el tiempo Fausto se corrompe, tentado por la juventud eterna y gracias a la influencia y promesas de Mefisto quien termina traicionándolo cruelmente. Hasta que encuentra una joven llamada Gretchel, bella y cándida, y se enamora de ella. Mefisto había pactado con el arcángel que si le robaba el alma a Fausto le daría la tierra, ya que según el propio diablo, ningún hombre se resiste al mal.


Historia mítica que pretende transmitir la bondad, el amor y la divinidad prevalecen por encima de la maldad, un planteamiento del todo maniqueísta. Encima resulta contradictoria, pues Fausto traiciona continuamente su moral y solo al final se arrepiente, aunque no arregla nada, convirtiéndose en un hipócrita. Es más, el Arcángel de ésta película ni siquiera podría considerarse “el bueno”, pues permite que Mefisto juegue con la vida de miles de personas enviando una peste y haciendo de las suyas entre los mortales, y solo por una apuesta.


Técnicamente es intachable, tiene una fotografía y unos escenarios excelentes. La ciudad de Fausto recuerda a la retorcida ciudad de El Golem. Tiene una puesta en escena puramente expresionista y de las mejores. Su trama también lo es, pero eso no quita que caiga en varios fallos. Empieza muy bien, la primera secuencia con el enfrentamiento entre el Arcángel y Mefisto y la invocación de Mefisto por parte de Fausto son lo mejor del film y, incluso, de lo mejor del expresionismo. Pero luego decae muchísimo, sobretodo después de que Fausto rejuvenezca.


La trama del ligue de Fausto es insípida y muy falta de interés, aunque no tanto como la subtrama del ligue de Mefisto (que va enfundado en un traje ridículo, que parece sacado de una tienda de disfraces). Además no consigo empatizar con ningún personaje, ni siquiera con Fausto, que me parece un hipócrita. Ello me impide recuperar el interés cuando la trama avanza y hace evidente el despropósito del tramo final y de su moraleja, ya comentada al inicio de la reseña.


En definitiva, una película que aunque es técnicamente perfecta, resulta muy decepcionante.

6/10



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