miércoles, 29 de abril de 2015

Alien, el octavo pasajero (Alien, 1979) de Ridley Scott

De regreso a la Tierra, la nave de carga Nostromo interrumpe su viaje y despierta a sus siete tripulantes. El ordenador central, MADRE, ha detectado la misteriosa transmisión de una forma de vida desconocida, procedente de un planeta cercano aparentemente deshabitado. La nave se dirige entonces al extraño planeta para investigar el origen de la comunicación.


La grandeza de Alien se debe sobretodo a su atmósfera, asentada en dos pilares: los decorados sucios y barrocos (la nave llena de cables y tuberías, que a veces hasta parece un viejo búnker de guerra, la nave alienígena y el planeta que se encuentra en completa oscuridad) y la iluminación, primero con luces tenues y luego con la casi total oscuridad. El mismo escenario de la trama consigue contribuir también a provocar una cierta claustrofobia. La banda sonora, compuesta por un mezcla de música y sonidos ambientales, resulta idónea.

Los personajes no son especialmente elaborados, pero resultan verosímiles y entrañables, tienen bastante química y se complementan muy bien. Destaca sobretodo la teniente Rippley como la heroína superviviente. No hace falta hablar del icónico diseño del alienígina, que es perfecto.


Se ha hablado bastante de los simbolismos que contiene el film. Por un lado, se puede ver la película como una alegoría de la iniciación femenina, en que Rippley, como mujer, se enfrenta al alienígena que representaría la función procreadora que oprime a la mujer, presentándole como un parásito. Los símbolos sexuales son evidentes: el huevo y el embrión, la “violación” con el consiguiente “parto” y los constantes símbolos fálicos. La trama es señalada abiertamente en el film como una confrontación entre la moral humana y la fuerza bruta animal, introduciendo un ser bestial dentro de un ambiente racionalizado y sugiriendo la debilidad del primero, supuestamente “mas evolucionado”, frente al segundo.


Con todo, no se tratan de reflexiones completas, sino más bien de ciertas sugerencias, que sirven de complemento a un film cuyo máximo valor es el magnifico entretenimiento que supone. Aunque se trata de un entretenimiento de primera, hay que decir que contiene algunas escena bastante ridículas.

En definitiva, un clásico imprescindible y un gran entretenimiento.


8/10



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