martes, 10 de marzo de 2015

El mago de Oz (The Wizard of Oz, 1939) de Victor Fleming

Dorothy, que sueña con viajar "más allá del arco iris", ve su deseo hecho realidad cuando un tornado se la lleva con su perrito al mundo de Oz. Pero la aventura sólo acaba de comenzar: tras ofender a la Malvada Bruja del Oeste (Margaret Hamilton), aconsejada por la Bruja Buena del Norte (Billie Burke), la niña se dirige por el Camino Amarillo hacia la Ciudad Esmeralda, donde vive el todopoderoso Mago de Oz, que puede ayudarla a regresar a Kansas. Durante el viaje, se hace amiga del Espantapájaros (Ray Bolger), el Hombre de Hojalata (Jack Haley) y el León Cobarde (Bert Lahr). El Espantapájaros desea un cerebro, el Hombre de Hojalata quiere un corazón, y el León, el coraje que le falta; convencidos de que el Mago también les puede ayudar a ellos, deciden unirse a Dorothy en su odisea hasta la Ciudad Esmeralda.


El mago de Oz me ha parecido una de las películas más estúpidas, cursis y infantiloides que he visto. Si, es una película infantil, pero está tan cargada de optimismo, inocencia y buenas intenciones que resulta cargante e irritante. Los escenarios y los sobreactuadísimos personajes son una perfecta muestra de ello. Puede que guste a los niños, pero si no fue la película de tu infancia creo que la buena experiencia no se volverá a repetir. Además, me gustan muy pocos musicales y este no ha sido una excepción.


La película tiene varios mensajes. Primero, no se está en ningún lugar como en casa y hay que querer y respetar a nuestros amigos y familiares. Tópico pero bien. Segundo, todos tenemos que madurar y arreglar nuestros problemas por nosotros mismos utilizando el cerebro, el corazón y la valentía. Éste estaría bien si no fuera porque Dorothy en ningún momento resuelve nada por sí misma, todo lo que soluciona o lo hace por suerte o lo hace sólo gracias a otra persona. Se trata de un personaje enormemente pasivo que se pasa la película quejándose y lloriqueando que no evoluciona en ningún momento, nunca vemos esa supuesta madurez, al final sigue siendo el mismo irritante personaje del principio. I tercero, el mejor lugar es el mundo real y no hay que refugiarse en un mundo de fantasía. Esto estaria bien si no fuera que la misma realidad parece un mundo de fantasia perfecto. Se supone que la trama se situa en la Gran Depresión en Kansas y que la granja es parcialmente destruida por un tornado. Nada de éste drama se refleja en la película, aunque sea sutilmente. Parece que todos ellos vivan en el país de la piruleta. ¿Entonces para qué querer viajar a un mundo de fantasía si ya se vive en él?


Tengo que mencionar también que el problema del perro y la vecina no se soluciona nunca, aunque parece que al final ya nadie se acuerda ni le importa. Un fallo de guión bastante grave. En resumen, tonta, cursi, infantiloide, engañosa y moralmente reprobable. No me parece que a los niños se les tenga que transmitir la idea de un mundo tan rematadamente perfecto, inocente, lleno de buenas intenciones y golpes de suerte que hacen vencer siempre al bueno sin que este haga nada.


3/10


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