miércoles, 25 de marzo de 2015

El estudiante de Praga (Der student von Prag, 1913) de Paul Wegener y Stellan Rye

Un estudiante, Balduin, salva a una aristócrata de morir ahogada. Se enamora de ella pero es un simple estudiante sin dinero. Se le aparece un anciano, Scapinelli, que le ofrece dinero a cambio de algo que el anciano quiera llevarse. El estudiante acepta el pacto y Scapinelli se lleva la imagen de Balduin reflejada en el espejo. Balduin se las promete feliz, sube de nivel social gracias al dinero de Scapinelli y logra enamorar a la aristócrata.


El estudiante de Praga es un precedente del expresionismo alemán, pero resulta controvertido situarla dentro de dicho movimiento. En ella se empiezan a vislumbrar las influencias de Max Reinhardt, más allá de que parte de su reparto (y el propio director, Paul Wegener) provengan de su compañía de teatro. La película empieza a utilizar la luz y el claroscuro de forma expresiva, como en la escena del juego de cartas (tal vez la mejor de la película) y, más sutilmente, en las proyecciones de sombras que le dan a la película un tono oscuro y terrorífico.


Se trata de una película fantástica de terror muy al estilo germánico, dado que la trama gira alrededor del dopplëganger, de la brujeria y utiliza escenarios muy propios del romanticismo alemán: calles antediluvianas o cementerios. Todo ésto son características muy propias del cine expresionista, pero el uso que hace del claroscuro es bastante residual de forma que se acerca al cine mudo más convencional. Aún así hay que recordar que Caligari no llegaría a los cines hasta siete años después.


La película en sí sólo destaca por estar avanzada a su tiempo. Ahora mismo sus personajes resultan simplones y su trama redundante y repetitiva, de forma que aburre un poco. Además, el personaje de la aventurera no aporta nada y sólo alarga la película innecesariamente. Pero la película data de 1913, El nacimiento de una nación tardaría dos años en estrenarse y el cine de Méliés continuaba siendo lo más destacables de la reciente historia del cine.



Por lo tanto, se trata de una película muy buena para la época y que se mantiene relativamente fresca e interesante, al menos muchos más que las demás películas que se hacían por ese entonces. Resulta también interesante como predecesora del expresionismo.


6/10


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