Una
inocente joven que vive en un claustrofóbico ambiente en el barrio
londinense de Limehouse, es brutalmente maltratada por su padre, un
ex boxeador alcohólico. En este sórdido lugar, vive una historia de
amor con un noble chino, que, incluso lejos de su tierra, trata de
vivir conforme a su filosofía de paz y armonía, pero su idealista
visión del mundo choca con la cruda realidad.
El
director D.W. Griffith es de sobra conocido por todo cinéfilo que se
precie, de la misma forma que cualquier cinéfilo sabe que su obra no
es conocida por su valor artístico, sino por su valor histórico.
Sus películas han envejecido muy mal: tramas poco fluidas y
esquemáticas, personajes estereotipados y tremendamente sencillos,
fotografía banal, etc.
La
culpa ajena sufre todos estos males y, encima, esta bañada de esa
aura de racismo que, por desgracia, muchas de las películas de
Griffith poseían, como la celebre El
nacimiento de una nación. Se podría
pensar lo contrario dado que el personaje bueno cae sobre un chino, y
tal vez era ese el mensaje que se quería
transmitir, pero dado que éste es llama “El hombre amarillo”, es
interpretado por un tal Richard
Barthelmess (con
un maquillaje que ahora mismo no da demasiado el pego),
muestra
conducta ridícula y estereotipada y conociendo el oscuro historial
de Griffith, permitirme que lo dude bastante.
De
todas formas La
culpa ajena
destaca por varios motivos. El primero es el hecho de desenvolver una
trama sobre violencia de género y de situarlo en un ambiento oscuro
y sórdido. Además, se agradece muchísimo que una película de esa
época no utilizara el muy manido “final feliz”. Muestra, por
tanto, una peculiar atmósfera depresiva poco frecuente en ese
entonces. El segundo motivo para destacar la película es su corta
duración, una hora y media, lejos de las aproximadamente tres horas
que duraban las dos obras capitales del cineasta, El
nacimiento de una nación
e Intolerancia.
Es
cierto que La
culpa ajena
no resulta tan innovadora como los grandes clásicos de Griffith,
puesto que se rodó varios años después de que éste desplegara
todo su genio, pero para quien quiera conocer la obra del gran
pionero resulta bastante asequible y fácil de ver. Recomendable para
aquel que quiera conocer la historia del cine y/o disfrute de estas
viejas joyas.
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